08 de Junio de 2010 - 21 hs.
Tema: "NECESIDADES HUMANAS: PRINCIPALES DEBATES"

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: NECESIDADES HUMANAS: PRINCIPALES DEBATES.

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: F. Javier Rodriguez Alcazar.   

LA REFERENCIA A LAS NECESIDADES HUMANAS SE HA CONVERTIDO DESDE HACE ALGUNAS DÉCADAS EN UN COMPONENTE INEVITABLE DEL DISCURSO SOBRE LA CARACTERIZACIÓN Y
LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
La pertinencia resulta especialmente clara si la expresión “Necesidades Humanas” se interpreta, como es habitual, para hacer referencia a las Necesidades Humanas FUNDAMENTALES O BÁSICAS, es decir, a todo aquello cuya carencia produce un daño serio a la persona que sufre esa carencia. Para muchos autores, cualquier persona a la que prive de la satisfacción de al menos sus Necesidades Fundamentales, está sometida a Violencia Estructural, por lo que la satisfacción generalizada de las Necesidades Humanas Básicas debe formar parte, como uno de los elementos más destacados, de cualquier definición de Paz.

ASIMISMO, EL CONCEPTO DE NECESIDADES HUMANAS ES DE GRAN IMPORTANCIA PARA AQUELLAS CONCEPCIONES DEL DESARROLLO
Que, rechazando una interpretación puramente economicista de éste (por ejemplo, en términos de mejora en ciertas magnitudes macroeconómicas, como el P.I.B., la renta PER CAPITA, etc.), consideran el grado de satisfacción de las Necesidades Humanas Básicas uno de los criterios principales para medir el Desarrollo Humano.
Ahora bien, el recurso al concepto de Necesidades Humanas se ve en ocasiones entorpecido por diversos malentendidos y debates, por lo que es necesario realizar ciertas precisiones que lo hagan utilizable para la Reflexión sobre la Paz.

EL PRIMERO DE ESOS DEBATES ES EL DE SI LAS NECESIDADES HUMANAS SON CUESTIÓN DE ELECCIÓN (PERSONAL O CULTURAL)
De ser esto así, cada persona tendría sus propias Necesidades (aquellas que decidiera tener) o al menos, cada Sociedad habría elegido cuáles son las necesidades de sus miembros, que podrían ser diferentes a las de los individuos de otras Sociedades Contemporáneas o a las de grupos humanos de otras épocas. Esta concepción de las Necesidades Humanas es comprensible como reacción a la pretensión de imponer como Necesidades Universales ciertos bienes  que sólo lo son para algunos individuos o grupos. En determinados momentos, ese tipo de concepciones anti-absolutistas ha podido invocarse frente al imperialismo cultural o la pretensión de atribuir carácter universal a los códigos morales de raíz occidental. Ahora bien, una concepción relativista, como la descrita, de las Necesidades Humanas presenta varios problemas. Uno de ellos es que podría utilizarse para justificar la aspiración de quienes viven en Sociedades opulentas a mejorar aún más su situación en detrimento del bienestar de otros menos favorecidos, ya que tanto de los unos como de los otros podría decirse que nunca han satisfecho completamente sus respectivas necesidades. Pues, utilizando una caricatura extrema, alguien podría afirmar que si disponer de AGUA POTABLE es una Necesidad para el ciudadano medio del Cuerno de África, para el ciudadano medio del Norte de Europa el DISFRUTAR DE UNAS VACACIONES EN EL EXTRANJERO también ha llegado a convertirse en una Necesidad.
Éste y otros argumentos apoyan la Tesis de que las Necesidades Humanas (siempre en el sentido de Necesidades BÁSICAS O FUNDAMENTALES) han de ser las mismas para todos los Seres Humanos y poseer un carácter objetivo, en el sentido de que no pueden ser el resultado de una elección individual o colectiva.

LA NOCIÓN DE NECESIDADES HUMANAS BÁSICAS HA DE ESTAR ÍNTIMAMENTE VINCULADA A LA CONSTITUCIÓN BIOLÓGICA COMÚN DE LOS SERES HUMANOS
La posibilidad de cambios en el repertorio de las Necesidades Humanas Básicas, si bien no tiene por qué excluirse completamente, no puede estar ligada a cambios operados relativamente a corto plazo, como los que se producen históricamente en las formas de organización social, sino a modificaciones mucho más lentas relacionadas con nuestra evolución como especie.
La concesión que deben hacer los defensores de Necesidades Universales y Objetivas, con objeto de evitar una proyección ilegítima de prejuicios etnocéntricos que cargue de razones a los defensores del relativismo cultural, consiste en considerar como Necesidades Humanas Básicas únicamente aquellas que no pueden considerarse un medio para la satisfacción de otras Necesidades.

EN LA TERMINOLOGÍA DE THOMSON (1987)
Se distingue entre NECESIDADES DERIVATIVAS Y NO-DERIVATIVAS
Estas últimas son aquellas que no pueden considerase ya un medio para la satisfacción de otras Necesidades, y sólo ellas son merecedoras de las consideraciones de Necesidades Humanas Básicas.

MAX-NEEF, ELIZALDE y HOPENHAYN (1998)
Distinguen entre Necesidades Humanas en sentido estricto y los SATISFACTORES  de esas Necesidades. Así, tener un puesto de trabajo puede considerarse una Necesidad Derivativa o un Satisfactor, en ciertos contextos culturales, de una Necesidad Humana, como es la subsistencia. Pues la posesión de un puesto de trabajo, PUEDE SER un medio necesario PARA la satisfacción de esa Necesidad. En cambio, no tiene sentido preguntarse PARA QUÉ, necesitamos sobrevivir; de ahí que la subsistencia sea un ejemplo paradigmático de Necesidad Humana fundamental.

BIEN ES VERDAD QUE NO TODOS AQUELLOS AUTORES QUE ESTÁN DE ACUERDO EN CONSIDERAR LAS NECESIDADES HUMANAS COMO UN ELENCO FINITO Y RELATIVAMENTE ESTABLE DE NECESIDADES HUMANAS A DIFERENTES CULTURAS Y ÉPOCAS ESTARÁN DE ACUERDO A LA HORA DE OFRECER UNA LISTA
La dificultad para consensuar una lista es fácilmente comprensible. Si definimos las Necesidades Humanas Básicas como todo aquello cuya carencia produce un daño serio a la persona que la sufre, enseguida nos surge el problema de que la seriedad del daño es cuestión de grado. ¿A partir de qué grado de daño hablaremos, pues, de daño SERIO y por tanto, de estado de necesidad? La respuesta puede estar clara en el caso de Necesidades Paradigmáticas como la subsistencia, pero no tanto en el caso de otras que, como el ocio, han sido propuestas por algunos autores. Por esta razón, Thomson (1987) rechaza el propósito de elaborar una lista de Necesidades Humanas. Sin embargo, desde ciertas perspectivas, como los ESTUDIOS PARA LA PAZ Y EL DESARROLLO, sí que resulta de interés poseer una relación de las Necesidades Humanas, por muy tentativa y revisable que sea, una relación que permita, por ejemplo, proponer en contextos específicos asignaciones de recursos escasos en función de prioridades.

ENTRE LOS AUTORES QUE SÍ PROPONEN UNA RELACIÓN DE NECESIDADES BÁSICAS PODEMOS MENCIONAR A MAX-NEEF, ELIZALDE Y HOPENHAYN (1988) Y GALTUNG (1985)
En cualquier caso, las diferencias entre los contenidos precisos de las listas respectivas no debería considerarse un argumento en favor de un punto de vista relativista con respecto a las Necesidades Humanas. Es perfectamente compatible reconocer, por un lado, que pueden surgir discrepancias con respecto a dónde situar exactamente la frontera entre Necesidades Básicas y No Básicas (dado el mencionado carácter gradual de la noción de daño “serio”) y admitir, al mismo tiempo, que la mayor o menor gravedad de una carencia y, por tanto, el carácter más o menos básico de una Necesidad depende de nuestra constitución como seres humanos y no de contingencias o elecciones históricas y culturales.

UN ÚLTIMO DEBATE IMPORTANTE CON RESPECTO A LAS NECESIDADES HUMANAS CONCIERNE AL TIPO DE JUSTIFICACIÓN DE LOS JUICIOS ACERCA DE CUÁLES SON ESAS NECESIDADES
Con respecto a este punto, se ha discutido si la afirmación de una cierta Necesidad Humana como tal es un juicio descriptivo (una generalización empírica) o juicio normativo. En otras palabras, se ha debatido si ese tipo de juicios tienen que ver más bien con CÓMO ES, de hecho la realidad humana o con CÓMO DEBERÍA SER.
Considerar los juicios sobre Necesidades puramente descriptivos plantea la dificultad que de la consideración de que algo es una Necesidad Humana Fundamental se extraen habitualmente consecuencias normativas (por ejemplo, sirve para decir que los recursos escasos DEBERÍAN asignarse antes a satisfacer esa necesidad que a proporcionar bienes cuya Necesidad no es tan perentoria), a esto se une que, al menos desde Hume, numerosos Filósofos han advertido sobre el carácter falaz de extraer conclusiones acerca de cómo deben ser las cosas a partir de afirmaciones acerca de cómo son de hecho. Pero también resulta problemático considerar los juicios sobre Necesidades puramente Normativos. Pues resulta difícil comprender cómo podría constituirse una Teoría verosímil de las Necesidades Humanas que no estuviera basada en un conocimiento empírico exhaustivo de la Naturaleza Humana. Una lista de Necesidades elaborada a PRIORI correría el riesgo de quedarse tan alejada de la realidad humana que no valiera siquiera como guía normativa para la acción individual y colectiva; además, se multiplicarían las oportunidades de que muchos individuos y culturas no se sintieran identificados con una propuesta que, a pesar de sus pretensiones universalistas, habría salido inevitablemente de un cierto contexto cultural y estaría seguramente marcado por los presupuestos de éste.
La solución que aporta Thomson (1987) consiste en reivindicar que el término “Necesidades” posee al mismo tiempo u significado descriptivo y un significado normativo. El concepto de Necesidades Humanas tendría, por ello, la particularidad de permitir pasar de afirmaciones sobre el “ser” a afirmaciones sobre el “debe ser”, un paso que en muchos otros casos resulta, efectivamente, falaz.
El concepto de “Necesidades Humanas” es tal que no diríamos que alguien lo entiende si sostuviera al mismo tiempo que otra persona sufre la privación de alguna Necesidad Humana Básica y que, sin embargo, no ha de adoptarse acción alguna para satisfacerla (estando esa satisfacción al alcance de los agentes implicados y no concurriendo circunstancias muy excepcionales que pudieran justificar el no emprender ninguna acción). Si estamos convencidos de que la subsistencia y el efecto son Necesidades Humanas Básicas, eso significa, por un lado, que los Seres Humanos, de hecho, sufren un grave daño si se ven completamente privados de afecto o de aquellos satisfactores que les permiten sobrevivir; pero también significa que todos tenemos ciertas obligaciones con respecto a la satisfacción de esas Necesidades por parte de nosotros mismos y de los demás.

Véase también: Desarrollo. Necesidades Humanas Fundamentales.  

                “… la No violencia plantea como principio de actuación la capacidad de
                  pensar y actuar de manera alternativa y creativa… ”.    
                  Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)”.

                  

 

 

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