14 de Febrero de 2012 - 21 hs.
Tema: "Postcolonialismo"

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Lic. Wilma Soledad Trúe,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Postcolonialismo.
 

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: Jorge Hurtado Jordá.  

ANÁLISIS PREVIO:
El fin de la II Guerra Mundial supuso el fin de la hegemonía británica, vieja potencia colonial, y el ascenso de los Estados Unidos a la condición de potencia hegemónica, en disputa con la otra gran potencia militar (que no económica) surgida de la guerra, la Unión de República Socialista Soviética. El apogeo de la hegemonía estadounidense –no una potencia colonial sino antigua colonia, pero con ventajas económicas decisivas frente a sus viejos competidores- supuso, por tanto, un tímido impulso a un Proceso de Emancipación Colonial que, tras la ruptura de los vínculos privilegiados con las metrópolis, insertó a los nuevos Estados, surgidos de la condena del Colonialismo y de la afirmación del Derecho de Autodeterminación (Política), en un mercado mundial (Económico) masivamente dominado por los Estados Unidos.

¿QUÉ ES EL POSTCOLONIALISMO?
El Postcolonialismo o el Neocolonialismo designará, así, una situación en la que la independencia política y la afirmación de una soberanía formal no se corresponden con la DEPENDENCIA económica, financiera, tecnológica, política o militar de los territorios recién emancipados.

EN ECONOMÍA.
En efecto, muchos de ellos siguen condenados al monocultivo y al viejo patrón de comercio por el que exportan materias primas y productos agrícolas, cuya demanda se regula y cuyos precios se fijan en los países avanzados, e importan productos manufacturados y bienes de equipo caros y mal adaptados a sus necesidades, deteriorándose constantemente en su contra la relación real de intercambio, es decir, debiendo exportar más cantidad de sus productos tradicionales para adquirir la misma cantidad de productos importados. La DEPENDENCIA COMERCIAL Y TECNOLÓGICA, además, se dobla en dependencia productiva y en subordinación financiera, cuya manifestación más dramática es la crisis de la deuda, que lastra aún hoy las posibilidades de Desarrollo de los países más avanzados.

EN POLÍTICA.
Los Estados resultantes de la independencia, modelados a imagen y semejanza de los de las metrópolis, no se apoyan en una base Histórica elaborada a lo largo del tiempo. A menudo han sido definidos sobre un Mapa, a conveniencia de las potencias coloniales y del reparto de sus zonas de influencia, reuniendo en su interior Pueblos y Culturas de procedencia muy diversa. Además, en dichos países el vínculo social no pasa por el Estado, sino por la familia, clanes, los lazos tribales o regionales, por los que el Estado no es sino un artificio moderno superpuesto a estructuras tradicionales que, por añadidura, frecuentemente copa las escasas riquezas y oportunidades y los vínculos con el exterior, de modo que su ocupación, y control se organiza según líneas étnicas con exclusión del resto de los pueblos / etnias. En otros términos, la crónica escasez imposibilita o dificulta gravemente la integración de la mayoría de la población e impone un control sin concesiones, a través de la fuerza. El Estado en los países que surgen del Proceso de Descolonización es, pues, frágil en relación con el conjunto de su propia Sociedad, a veces omnipresente pero siempre impotente, y o bien clientelista respecto a una parte de ella frente a las demás, o depredador de la totalidad a manos de reducidas elites y de sus grupos de ensayo, que intentan monopolizar, frecuentemente sin éxito, el ejercicio de la violencia. También, sea cual sea su tamaño, es frágil frente a otros Estados más fuertes y frente a las grandes empresas transnacionales, que dictan su ley y que castigan, de forma más cruel que son la explotación de antaño, con la DESCONEXIÓN forzosa la falta de seguridad o la ausencia de condiciones favorables para sus actividades. Como ha escrito Ulrich Beck, en efecto, las empresas multinacionales maximizan su Poder invirtiendo exactamente la imagen clásica de la dominación: el medio coercitivo no es la invasión amenazadora, sino la amenaza de no invasión de los inversores o su amenazador abandono.

EN LA CULTURA
La escisión entre unas elites minoritarias occidentalizadas y cosmopolitas y las mayorías tradicionalistas  reflejan el hecho de una desintegración Cultural, que mantiene en la marginalidad a amplios grupos de población, abocados a una aculturación forzosa o al cultivo de identidades  excluyentes que, frecuentemente, desembocan en la negación violenta de los exclusotes –los infieles, las élites modernistas-, como en las diversas variedades de fundamentalismos, o en la implosión de Sociedades y Economías enteras a través de guerras civiles internas y de una violencia sin fin, en el doble sentido del término: es decir, interminables y sin otro objetivo definido que no sea preservar las propias fuentes de Poder, frecuentemente vinculadas a las diversas modalidades de la Economía criminal.

EN EL TERRENO MILITAR
Por último, los países del Norte facilitan la formación y los medios de destrucción, quedando para los países periféricos el seguidismo, el control de las propias poblaciones y la compra de armas, si bien la deslegitimación del Estado y del sistema en su conjunto, y las dificultades financieras y humanas de los países avanzados para mantener una guerra prolongada, han dificultado grandemente las soluciones “coloniales” de las recurrentes crisis sociales y políticas.

ASÍ PUES EL ACCESO A LA DESCOLINIZACIÓN, QUE PUEDE DARSE POR CONCLUIDA CON ÉXITO EN LOS SESENTA.
Los nuevo Estados encaran dificultades extraordinarias para sostener tasas de crecimiento suficientes y lograr un Desarrollo Nacional Sostenido, que chocaba co las estructuras de un orden económico internacional extraordinariamente injusto y enemigo. De hecho, como han documentado ampliamente los Informes sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, la brecha entre el Norte y el Sur se acrecienta pavorosamente justo desde los años 60, cuando el movimiento tercermundista para tener políticamente el viento en popa, y su importancia reforzada por su mayoría, desde 1960, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que les permitió imponer Declaraciones que legitimaban sus afirmaciones anticoloniales y su aspiración a un NUEVO ORDEN ECONÓMICO INTERNACIONAL, que colmase la creciente polarización de la riqueza entre los CENTROS y las PERIFERIAS.
El punto más alto de su Poder, que coincidió con la derrota de Estados Unidos en Vietnam y con la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de multiplicar el precio del petróleo, coincidió también, sin embargo, con el inicio de la larga crisis que comienza en los 70 y que, para muchos de los países que accedieron en este período a la independencia, representará un deterioro dramático de sus condiciones de vida. En los años 80, el espíritu de la Conferencia de Bandung y, más tarde, de la Tricontinental, se desvanecerá en medio de una creciente competencia y de dificultades económicas insalvables, que concluirán con el colapso del Segundo Mundo y con la “década perdida” de América Latina y África, aunque hace su aparición un nuevo tipo de revuelta, la Revolución Iraní, que planteará el Derecho a una alteridad radical, es decir, la denegación total de los valores y objetivos sociales considerados importantes en un mundo moderno.
También desde los años 80, y con mayor claridad en la última década del pasado Siglo, un antiguo TERCER MUNDO se disuelve como construcción sociopolítica, como amenaza incluso, para volver a ser el Sur, una especie de proyección degradada del Norte, con dificultades insuperables para enarbolar un proyecto propio. En un mundo, sin embargo, en el que prolifera una profunda desafección hacia lo público sólo queda la salida individual, la opción de las masivas migraciones no reguladas desde el Sur hacia el Norte, que replantea necesariamente la cuestión de la “ciudadanía” y la reivindicación de un igualitarismo instantáneo.
   
Véase también: Colonialismo. Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos.
                          Desarrollo Humano. Estado. Poder. Violencia.     

                   “La Educación es una estrategia primordial para prevenir los conflictos y la
                     tolerancia y crear las condiciones para la Paz. (Informe del Secretario
                     General de Naciones Unidas sobre el Decenio Internacional de una Cultura
                     de Paz y Noviolencia para los niños del mundo –A/55/377).          
                     Beatriz Molina Rueda y Francisco Muñoz.  (eds.)”.

 

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Trabajo Donado al Centro de Investigación para la Paz.

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