Conducido por el Bioquímico
Alberto Sebastián
Parera, siendo acompañado por los integrantes
del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia,
Universidad Tecnológica Nacional , Abogado Raúl
Arce, Odontóloga Emy Orduña, Srta. Anabella Orcola
y Magíster Miguel Armando Garrido.
Operador: Guillermo Aguilar.
Tema: Convivencia (2)
El
tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia
de Paz y Conflictos del Instituto de Paz y Conflictos de la
Universidad
de Granada, dirigido por Mario López Martinez.
Continuaremos abordando los Principios que han de respetar los
diferentes grupos.
Una
tercera condición que se precisa para mantener una
convivencia pluralista es cierto grado de IGUALDAD CIVICA. No
se trata de un igualitarismo rígido por el cual todo el
mundo tuviera que vestir de uniforme, cobrar lo mismo en todos
los empleos y consumir exactamente los mismos productos. Se trata
más bien de hacer posible que todas las personas y grupos
puedan gozar de las libertades básicas anteriormente aludidas.
La igualdad básica que se precisa es la igualdad de las
libertades reales. Para ello es preciso, ante todo, la igualdad
ante la ley, para que nadie pueda abusar impunemente de su libertad
a costa de la libertad de los demás.
Al mismo tiempo, se necesita también una cierta igualdad
de oportunidades, para garantizar que cualquier persona pueda
tener la posibilidad de realizar los proyectos y alcanzar los
puestos que su capacidad y su esfuerzo le permitan. Y para ello
es necesario que la sociedad disponga los medios de infraestructuras,
de medidas educativas, de políticas sanitarias, etc.,
que sean pertinentes en cada caso. De lo contrario, las libertades
mencionadas anteriormente serán papel mojado, puesto que
las diferencias en el punto de partida de cada cual (unos con
facilidades económicas familiares y otros sin ellas),
tenderán a mantenerse y a agrandarse. Si la igualdad de
oportunidades no se toma suficientemente en serio, el resultado
será que muchos ciudadanos se sentirán marginados
y excluidos, con el consiguiente deterioro de las libertades
y de la convivencia en general.
Por otra parte, la igualdad implica también una misma
posibilidad de acceso de los ciudadanos al empleo y a las prestaciones
sociales básicas. La igualdad de acceso es una implicación
de la propia igualdad de oportunidades, pero también es
un tipo de igualdad específico en la medida en que con
ella no se trata sólo de garantizar la igualdad de oportunidades,
sino también de reconocer que, incluso en los casos en
los que un ciudadano estuviera completamente incapacitado para
cooperar con los demás en el florecimiento de la sociedad,
todavía se le reconocería la igual dignidad de
ser humano, y en consecuencia se le reconocería el mismo
derecho que los demás a acceder a prestaciones sociales
que a menudo son imprescindibles para la supervivencia.
En
cuarto lugar, la convivencia entre grupos diferentes no sería
posible sin cultivar el valor de la SOLIDARIDAD CIVICA UNIVERSALISTA.
La solidaridad va más allá de la mera cooperación,
porque ésta normalmente es una toma y daca en el que cada
uno coopera con otros sabiendo que los demás van a cooperar
con él, para finalmente obtener un beneficio mutuo. En
cambio, la solidaridad es una suerte de altruismo a fondo perdido.
La actitud de solidaridad es ayuda gratis, sin esperar nada a
cambio y ha de ser universalista, esto es, abierta a todos sin
discriminaciones arbitrarias, pues de lo contrario se convierte
en corporativismo excluyente. La solidaridad cívica universalista
se muestra necesaria para que la igualdad, la libertad responsable
y el respeto a los que nos hemos referido anteriormente se puedan
realizar sin exclusiones.
La solidaridad cívica universalista se puede ejercer de
muchas maneras, tanto individual como socialmente. Y tanto desde
la administración pública como desde las múltiples
organizaciones solidarias, mal llamadas ONG´s, que la iniciativa
ciudadana ha puesto en marcha con objeto de ayudar a las personas
en apuros. Lo esencial, en cualquier caso, es que se ponga atención
a que se ejerza de modo altruista y universalista, pues de lo
contrario se estará cultivando una cosa distinta a la
solidaridad.
En
quinto y último lugar, la Convivencia Pacífica
entre los grupos diferentes exige DIALOGO CIVICO, exige el compromiso
de resolver los conflictos a través del diálogo,
y no por medio de la violencia. La violencia desata una espiral
de resentimientos y venganzas que destruye la convivencia, y,
puesto que los conflictos de intereses y los malentendidos son
inevitables en la vida cotidiana, el diálogo se convierte
en el instrumento idóneo para llevar a cabo el proceso
de restauración de la convivencia pacífica. Para
ello, el diálogo ha de ser abierto a todos los afectados
por el conflicto en cuestión, o por las decisiones que
se vayan a tomar.
En el transcurso del mismo se deberían respetar las reglas
de juego del diálogo serio, de modo que todos los dialogantes
tuviesen las mismas oportunidades de exponer su punto de vista.
En
resumen, una Convivencia que merezca ese nombre no puede existir
si
no se toman en serio, como mínimo, los valores
propios de la ETICA CIVICA BASICA: la libertad responsable, la
igualdad, la solidaridad, respecto activo y la actitud de diálogo.
"Qué es más íntimo: la fama
o el cuerpo?
Qué es más numeroso: el cuerpo o los bienes?
Qué debilita más: la ganancia o la pérdida?
Por este motivo, el amor extremo
incurrirá ciertamente en grandes gastos,
el guardar en abundancia acarreará
ciertamente
graves pérdidas.
Conocer lo suficiente es evitar el desprecio.
Saber parar es librarse de los peligros
y ser capaz así de perdurar mucho tiempo."
El Tao de la Paz. El
arte de manejar la dinámica
de los conflictos.
Wang Chen.